Situaciones extremas
Así lo explica Amirola, que dedica todo su esfuerzo a esta ONGD (organización no gubernamental para el desarrollo) “porque creo que merece la pena. Estamos en un momento importante de afianzamiento. Rafiki África trata de ser una entidad diferente y de referencia en Alicante; y lo que estamos haciendo allí merece la pena”.
El objetivo es concentrar su actuación en dos únicas poblaciones, Kenziga e Ikoba, para intentar sacarlas de la pobreza extrema en que se encuentran en menos de ocho años. “Pretendemos demostrar que no solo hay que ser eficaz en determinadas situaciones extremas sino que además hay que ser eficientes todos los días. Que con poco se hace mucho, y donde los nativos viven felices si tienen una renta que les permita comer y educar a sus hijos; que el modelo es bueno y que se copie y repita por otras ONG”.
“Con poco se hace mucho, y los nativos viven felices si tienen una renta que les permita comer y educar a sus hijos. El modelo es bueno”
Además de lo anteriormente descrito, cuentan con una cocina y comedor que dan comida y desayuno a 750 personas, fundamentalmente niños, cada día. También gestionan un internado femenino con 100 plazas para que niñas de más de diez años estén acogidas y puedan seguir estudiando. Un internado similar para chicos está en construcción. Una planta potabilizadora y un estanque de 2.000 m3 abastecen las instalaciones de Kenziga, donde están los colegios, con un generador a falta de la instalación de paneles solares.
Desnutrición infantil
En la otra localidad, Ikoba, cuentan con un centro sanitario que atiende a más de 300 personas a la semana de malaria, tifus, partos y desnutrición infantil sobre todo. También en el colegio de Kenziga hay una enfermera que trata unos 20 niños diariamente. Está en fase de construcción un hospital de 20 camas, junto al consultorio médico, aún todo sin energía, con un generador.
Agua de charcas
Rafiki África pide el apoyo de la sociedad alicantina porque en Uganda todavía hay niños con desnutrición infantil, sin escolarizar, poblaciones bebiendo agua de charcas y niñas trabajando con 10 años cuidando niños o recogiendo leña. “Estamos en una de las zonas del mundo donde más necesitan nuestra ayuda para sobrevivir y no tener que lanzarse a la huida de su país. Uganda es un país pobre, pero donde nosotros estamos es aún más pobre”.
“Necesitamos encontrar ayudas, sobre todo de empresas amigas que quieran involucrarse, en su responsabilidad social corporativa, con nuestros proyectos y también socios y apadrinamientos”
Esta entidad está formada por un comité directivo y un equipo de dirección formado por jubilados o prejubilados que han ocupado puestos directivos de empresas, financieros, de organización, marketing, informática y desarrollo, o jefes de ingeniería, que adoptan el principio de gastos generales próximos a cero, “nadie cobra nada, incluso los voluntarios en Uganda se pagan sus viajes”.
Voluntarios
Para adaptarse a la legislación local es una ONGD ugandesa controlada por el equipo de dirección y los voluntarios auditada y con firma bancaria del coordinador voluntario de Rafiki África en el lugar. Y para conseguir sacarles de la pobreza extrema en la que están (renta per cápita de unos 0,16€) se trata de actuar sobre todos los factores al mismo tiempo: escuela primaria, agua, sanidad, escuela secundaria, internados-orfanatos, escuelas profesionales ( costura y agraria de momento mecánica, electricidad, enfermería), formación de adultos, desarrollo social y microcréditos para el desarrollo.
“Si no se actúa sobre todos ellos es imposible un desarrollo equilibrado que pretendemos”, para evitar que tengan que emigrar, de ahí la ayuda para la autogestión de las familias.
Entidad transparente
Así, sus promotores en Alicante afirman que Rafiki África es totalmente transparente, tanto en sus fines y las actividades que realiza, como en su economía y financiación. “Toda la información está en el apartado Transparencia de nuestra web www.rafiki-africa.es. Nuestras cuentas son auditadas anualmente, al igual que en Uganda las de nuestra contraparte”.
Amirola destaca que han sido admitidos en la Fundación Lealtad, “la firma más importante y de más prestigio de acreditación en España, que nos ha otorgado el sello Dona con Confianza”.
Están declarados entidad de utilidad pública y todas las aportaciones que se realicen a la asociación tienen por tanto una desgravación fiscal de entre el 30% y el 40%.