Falta de recursos económicos para iniciar proyectos.
Dependencia de los monocultivos.
Falta de formación en planificación, seguimiento, contratación, distribución, contabilidad y en general procedimientos mercantiles.
Empoderamiento de las mujeres:
Este aspecto es uno de los más ambiciosos de nuestro proyecto. Consiste en que, a través de la formación previa en las aulas, acompañada por voluntarios que se desplacen a la zona, y la concesión de microcréditos, se pongan en marcha microempresas de corte familiar, a través de las cuales se pueda mejorar el nivel de vida de los pobladores de la zona.
En una primera instancia, serían actividades de tipo agrícola y ganadero, acompañadas de alguna fabricación artesanal de mercancías exportables, de tal manera que los ingresos generados por ellas puedan, no sólo devolver los créditos, sino generar ingresos recurrentes de futuro.